Cambio de hora de invierno: llega el día en el que tenemos que retrasar el reloj

20.10.2020

Informamos a nuestros usuarios, socios, regatistas y amigos en general que en la madrugada del sábado el horario de nuestros relojes sufrirá un cambio. Tendremos una hora menos, por lo que tendremos que tener cuidado para no llegar demasiado temprano a los entrenamientos del domingo.

Horario de Invierno

El cambio de hora tendrá lugar al iniciarse el último domingo de octubre. A las 3 de la madrugada -del domingo 25 de octubre en el 2020- (hora de la Península) habrá que retrasar el reloj hasta las 2, y por lo tanto, este día tendrá, oficialmente, una hora más.

El cambio de hora se encuentra regulado en España por el Real Decreto 236/2002 de 1 de marzo, que incorpora a nuestro ordenamiento jurídico la Directiva 2000/84/CE de 19 de enero de 2001 del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión.

Horario de Verano

La normativa de la Unión Europea establece que cada año, el último domingo de marzo -el 28 de marzo en el 2021- a las dos de la madrugada (hora de la Península), los relojes deben adelantarse una hora para que sean las tres.

Próximos cambios de hora en España:

2020
25 de octubre de 2020.

2021
28 de marzo y 31 de octubre de 2021.

2022
27 de marzo y 30 de octubre de 2023.

Cambio Horario

Existen dos tipos de horarios diferentes: el horario de verano, y el horario de invierno (u horario estándar). El cambio de hora que algunos países y/o sus subdivisiones aplican una vez por año, para mejorar el aprovechamiento de la luz solar y el consiguiente ahorro de energía, hace que del horario estándar (o de invierno) se pase al horario de verano. La primera vez que se aplicó este cambio de hora fue durante la I Guerra Mundial. Desde entonces nunca más hubo cambio de hora hasta la crisis del petróleo de 1.973, a partir de la cual algunos países modificaron su horario oficial para aprovechar mejor la luz solar, de forma que se consumía menos electricidad.

El cambio de horario permite adaptar las actividades humanas al ciclo de luz solar, de forma que se dependa en menor medida de la electricidad. El inicio de esta idea se remonta al año 1.784, cuando Benjamin Franklin, siendo embajador de Estados Unidos en Francia, envió una carta al diario Le Journal de París, en la que proponía algunas medidas para el ahorro energético.
Franklin propuso tres medidas:

  1. Imponer un gravamen a las personas cuyas contraventanas impidiesen la entrada de luz a sus habitaciones.
  2. Regular el consumo de cera y velas.
  3. Hacer repicar las campanas de la iglesia al amanecer para que todo el mundo se levantase a la misma hora.

Estas propuestas no se tomaron en serio, pero al poco tiempo comenzaron los primeros experimentos de iluminación con gas, cuya peligrosidad hizo plantearse seriamente el tema del ahorro energético. Así, poco a poco, las ideas de Franklin fueron retomándose y evolucionando hasta llegar a la conclusión de que lo más conveniente era cambiar la hora, una medida que no se instauró plenamente hasta 1974.